
(1b) El Señor es mi pastor;
nada me falta.
2 En verdes praderas me hace descansar,
a las aguas tranquilas me conduce,
3 me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos,
haciendo honor a su nombre. — Salmo 23:1-3
La bondad de Dios nos persigue … qué pensamiento más maravilloso. Somos perseguidos por el amor y bondad del Buen Pastor, nuestro Padre.
Alabemos y demos gracias al Señor por esta verdad tan maravillosa. Toda circunstancia de la vida pierde importancia, mediante tal pensamiento.