Vivimos en un mundo que no quiere seguir a Dios. Vivimos cercados por las tentaciones que ha afrontado Jesús: la envidia, la soberbia, el orgullo … Jesús ha vencido a través de la oración y ayuno.
Nosotros también podemos afrontar la tentación con la oración. El ayuno es una importante disciplina que puede ayudarnos a romper cadenas de tentación.
Jesús, ayúdame a vencer la tentación para que mi vida te traiga gloria a tu nombre. Ayúdame a tener la disciplina de oración y ayuno como prioridad. Muéstrame cómo y cuándo hacerlo. Dirige mi vida para que crezca en ti.
Ayúdame a seguirte como los hicieron Pedro y Andrés. Dejaron todo hacía atrás para seguirte sin saber mucho, sino de tu fama que se expandía. Quiero ser cómo la multitud que te seguía para oír tus palabras de aliento. Que yo tenga este deseo y fuerza para ponerte en primer lugar todos los días de mi vida.
En tu nombre, Amén.