
Muchas veces salgo al mercado y pienso en traer solamente algunos ingredientes o productos. Empiezo a llenar el carrito y de repente me doy cuenta que no he traído el carrito de la compra, ni tengo bolsas para tanto. Me toca comprar nuevas bolsas y caminar a casa deseando tener ayuda.
Dios nos promete estar con nosotros todo el tiempo, y ser la ayuda necesaria para cada momento. Él no solo nos da las fuerzas para seguir adelante, sino también nos ayuda a llevar nuestra carga. Jesús ha dicho:
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Mateo 11:28-31
Hoy, demos nuestra carga a Jesús y tomemos de la suya.
Señor, ayúdame a llevar mi carga que se hace muy pesada. Tengo mucha tristeza y preocupación. Que me pueda acordar que tú estás a mi lado y preparado para ayudarme, y basta que te lo pida. Ayúdame a confiar en esta promesa.
Mara