Podemos confiar en el carácter de Dios. Una de sus facetas es su fidelidad, su buenos deseos para nosotras, sus pensamientos de paz a nuestro respecto.
Hoy confiemos en este versículo, sabiendo que lo que Dios planea para cada una de nosotras es maravilloso. Entreguemos nuestro presente y futuro en sus manos.
Señor, gracias por los planes preciosos llenos de paz y amor que tienes para mí. Quiero entregarte mis caminos, presente y futuro, confiada que estoy en las mejores manos.
En estos meses, mientras hemos enfrentado la pandemia del Coronavirus, esta promesa estuvo en mi mente continuadamente. No podía dejar de pensar en como el mundo está en una carrera hacia a un futuro incierto.
La promesa que de Cristo nos está preparando un lugar es verdadera, no llegaremos allí hasta que Él venga a buscar su iglesia, pero cuando aceptamos vivir por Él, nos llena de paz y seguridad a través de Su Espíritu Santo. He estado estudiando mucho a cerca de nuestro futuro eterno. Las profecías cumplidas y por cumplir son fantásticas y nos dan mucha esperanza y gozo.
Hoy, pasemos un tiempo reflexionando a cerca de el maravilloso futuro que Dios tiene para nosotros, los que seguimos y vivimos por Cristo. Infelizmente el reverso también es real, los que no Le siguen también tienen un futuro prometido. Jesús ha hablado más del infierno de que del cielo.
Hoy es momento de decidir seguirle y garantizarte un futuro glorioso con Cristo. Puedes orar así:
Jesús, ven a vivir en mi vida. Te doy me corazón. Me arrepiento de mi pecado, y te pido que pueda vivir en victoria de hoy adelante. Toma mi vida. En tu nombre, Amén.
O puedes agradecerle por su maravillosa promesa, en caso que ya le conozca.
Gracias, Señor por el futuro maravilloso que tienes preparado para mí. Ayúdame a mantener esta preciosa promesa en mi mente, en especial, en estos momentos difíciles que estamos viviendo. En el nombre de Jesús. Amén.