
¡Alaben al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia! (1 Cr 16:34)
Este versículo fue escrito mucho antes de que viniera Jesús. La misericordia de Dios ha prevalecido en todas las generaciones. Su misericordia ha sido de eternidad a eternidad.
En la venida de Jesús, su vida, muerte y resurrección comprobamos una vez más su misericordia. Hoy damos gracias a Dios por su el gran milagro de la resurrección, razón por la cual podemos hoy recibir el regalo de la vida eterna con Jesús. La misericordia De Dios prevalece.
Gracias, Señor, por tu gran sacrificio y misericordia por mi. Amén.