Verano: creciendo en mi fe

Os invitamos a crecer en vuestra fe este verano. Tenemos una serie de videos que serán publicados diariamente en nuestro Facebook y un pequeño recuerdo en nuestro Instagram. En nuestro perfil de Linktree puedes acceder a las listas de reproducción. Todo para que puedas crecer en el Señor durante este tiempo de verano y vacaciones.

Te recomendamos:

  1. escuchar las enseñanzas
  2. hacer apuntes
  3. tener tiempo de oración
  4. tener tiempo de meditación
  5. escucha a Dios
  6. empezar con la disciplina de ayuno

Tu cuaderno puede estar dividido en varias partes:

  1. apuntes interesantes de los que no quieres olvidarte
  2. areas para planear estrategias de crecimiento
  3. peticiones de oración con un espacio para respuestas
  4. versículos para memorizar

Pasemos este mes de verano aprendiendo más sobre Dios y trayendo transformación a nuestras vidas.

Que Dios nos bendiga a todas.

EQUIPO DULCE FRAGANCIA

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Jesús habló MUCHO sobre el infierno

Estoy reblogueando este texto y compartiendo este video porque me estoy dando cuenta que muchas sectas no creen o no enseñan acerca del infierno, y al hablar tanto en el cielo como lo estamos haciendo este mes, uno puede pensar que es es destino final por defecto. Mi intención es esclarecer y prevenir. ❤

Texto de: EVANGELIO.BLOG

Jesús: El Gran Teólogo del Infierno

Puede parecer notable, pero ningún portavoz de la Biblia pone más énfasis en el infierno como la consecuencia final del juicio de condenación de Dios que Jesús. El Hijo de Dios fue el gran teólogo del infierno.

Sin embargo, el cristiano no debe considerar extraño que Cristo tenga más que decir sobre el infierno que cualquier otra persona. Jesús fue quien comparó el infierno con el Valle de Hinnom cerca de Jerusalén (también llamado “Gehenna”), un enorme basurero público donde los cadáveres y la basura se quemaban en fuegos que ardían continuamente; así, “Gehenna” tomó el nombre de infierno. Jesús también comparó el infierno con una prisión y con las tinieblas exteriores. Fue él quien comparó el infierno con “un fuego” al menos veinte veces diferentes.

Lázaro y El Rico Necio

Un texto principal sobre el infierno de la boca de Jesús es Lucas 16:19-31. El contexto más amplio de su enseñanza es el abuso de la riqueza. Sin embargo, al describir el escenario del otro mundo de esta enseñanza, Cristo expandió la doctrina del infierno. El pasaje se trata de un hombre rico que mostró ser necio al deleitarse en su riqueza, ignorando la verdadera fe en Dios y el servicio a la humanidad, hasta que se encontró a sí mismo en el infierno por su egoísmo impío.

El pasaje se parece mucho a una parábola, pero no se llama específicamente así. En este texto, la intención principal de Jesús no era describir los detalles de la vida después de la muerte del incrédulo, pero el Señor termina dándonos una visión interna del infierno, encapsulando detalles importantes de lo que se enseña sobre este tema en otras partes.

Sin Salida

Un principio fundamental que Jesús enseñó en la lección del hombre rico y Lázaro fue que el infierno no tiene puerta de salida. El Padre Abraham le dice al enfermo retorcido por qué su condición no podía ser remediada: “Y además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y vosotros, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, y tampoco nadie pueda cruzar de allá a nosotros.” (Lucas 16, 26).

La división entre el cielo eterno y el infierno eterno es estricta por el decreto eterno de Dios. La palabra “puesto” en Lucas 16:26 tiene más o menos el mismo significado que nuestra frase “escrito en piedra.”

Lucas 16 testifica que cuando un incrédulo se hace consciente de esta trágica realidad inmediatamente después de su propia muerte, ya es demasiado tarde para humillarse ante el evangelio de Cristo y la cruz, que él ha despreciado cientos o miles de veces; es demasiado tarde para creer en Jesús como Señor; es demasiado tarde para pedir la misericordia divina.

La Escritura extiende la oportunidad de la gracia a toda la vida de cada ser humano. Escuchamos en 2 Pedro 3:9 de la vasta paciencia del Señor: “… no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.” Sin embargo, la gente perecerá, una vez que hayan pasado por la puerta de la muerte sin conocer a Cristo.

Advertencia Suficiente

Otro principio que Jesús enseñó en Lucas 16:27-30 es que la Palabra de Dios le da a la humanidad suficiente advertencia sobre cómo evitar el infierno. El rico lo captó cuando el remedio ya no pudo ayudarlo personalmente. Experimentó su primer impulso altruista al pedirle a un mensajero que advirtiera a su familia para que pudieran evitar su difícil situación.

Pero se le dice que los testimonios de “Moisés y los Profetas” son presentados a todos los hombres vivos (v. 29). La Palabra revelada de Dios puede decirle a la humanidad todo lo que necesitamos saber sobre nuestro pecado y la gracia de un Redentor. En Lucas 11,28 Jesús declaró: “Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan”. No te pierdas una tremenda ironía aquí. El rico sostenía que algo más que la Palabra de Dios es necesaria, tal vez una señal milagrosa. Llegó a predecir el tipo exacto de milagro que comunicaría mejor que la Palabra escrita de Dios: alguien que regresa de la muerte, para atraer la atención del público en general. ¡Qué locura!

Poco después de enseñar esta lección evangélica, el mismo Jesús que narraba Lucas 16 se levantó de la tumba. ¿Y qué resultó? Una minoría de personas en los recintos inmediatos de Jerusalén lo abrazaron como su Señor vivo. Sin embargo, la mayoría se burlaron y volvieron a examinar sus páginas de deportes o miraron los informes del mercado de valores para descubrir qué había de nuevo en ese día de rutina en particular.

La incredulidad se encoge decididamente de hombros ante todas las pruebas históricas de Cristo. Aquel mismo a quien se le dijo que una familia seguramente respondería a la maravilla sobrenatural de un mensajero de la tumba se convirtió en ese mensajero milagroso. Y sigue siendo despreciado.

¿Todo es Malas Noticias?

Supongamos que la Biblia no nos dice nada sobre el infierno. ¿Haría eso realmente que las Escrituras fueran más “amorosas” o compasivas? ¿Ocultar la verdad desagradable demuestra que realmente te preocupas más por el destino de los demás? Lo que encontramos en Lucas 16 es que el único portavoz que insistentemente anunció una alternativa terrible a la salvación de gracia de autoría divina es el mismo gran Señor que murió y resucitó para salvarnos del infierno.

Las Escrituras son firmes: no hay forma de escapar del infierno. Sin embargo, el evangelio del amor y la misericordia de Dios muestra una manera de escapar antes de entrar. Jesús lo dijo en Juan 5:24: “En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.”

¡Qué maravillosa promesa! Pero Jesús declaró firmemente que sólo se puede pasar de la muerte a la vida en esta vida, antes de entrar en una cámara irreversible de aflicción indecible.

Esto significa que lo que hagas con Cristo ahora mismo cuenta para siempre.


Michael Allen Rogers (DMin, Westminster Theological Seminary) ha sido pastor principal de la Iglesia Presbiteriana de Westminster (PCA) en Lancaster, Pennsylvania, desde 1994, y es el autor de Baptism and the Covenant of Grace.

Guiños del cielo: Pero si no voy al cielo, ¿ dónde estaré?

Quisiera dar un paréntesis para que pensemos en esta realidad. En cielo no el el lugar por defecto de todos los que mueren, no importa el tipo de persona que sea uno.

Muchos se basan en una vida «justa» o «buena» a sus ojos.

La Biblia es clara en decir que:

Como está escrito:
    No hay justo, ni aun uno;

Romanos 3:10

 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Romanos 3:23

Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

Isaías 64:6

Es un gran engaño pensar que podemos «ganar» nuestra entrada en el cielo con nuestras buenas obras. No hay uno que pueda decir nunca haber pecado, en acción o pensamiento:

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

1 Juan 1:8

Tenemos esa certeza: somos pecadores – pero si confesamos nuestros pecados, y aceptamos el sacrificio de Jesús recibemos su person y somos limpios de toda la maldad – eso nos lleva al CIELO.

Me gustaría dejar claro que todo lo que estamos enseñando este mes es el destino de los Seguidores de Cristo, que se han arrepentido de sus pecados, aceptado por gracia su sacrificio y ha sido adoptado a la familia de Dios. Esperamos que esto sea tu caso. Si no sabes como hacerlo, primeramente te ofrecemos este video y en seguida una oración modelo de como puedes entregarte a Cristo. Las palabras en si no son importantes, sino la condición de tu corazón:

Si no sigues a Cristo, tu destino es el infierno, un lugar real. Si quieres hoy aceptar a Cristo, garantizando una vida transformada en este mundo, vida abundante y la eternidad con Él, puedes hacer esta oración, o utiliza tus propias palabras:

Señor, yo quiero recibirte en mi corazón, en mi vida. Quiero pedirte perdón por todos mis pecados, en acción o pensamiento. Yo acepto que soy pecador (a) y necesito tu gracias. Perdóname y haz de mí una Nueva Criatura. Limpia mi vida y ayúdame a caminar rectamente. Sé el Señor y Salvador de mi vida. A ti te entrego todo. En tu nombre. Amén.

Guiños del cielo ¿Naciones y cultura?

Hoy os quiero dejar con textos de Isaías y Juan, centenares de años a parte.

24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

Apocalipsis 21: 26-26 (autor: Juan)

Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.

Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.

Isaías 60:3-6

El autor del libro en que nos estamos basando este mes dice:

Aunque Juan no explica detalladamente en Apocalipsis, Isaías es específico en cuanto a lo que será llevado a la cuidad santa. Él menciona los productos culturales de las naciones que una vez habían sido paganas: los barcos de Tarsis y los árboles del Líbano, y los camellos de Efa. y el oro y el incienso de Sabá, todo lo cual será traído por su pueblo «proclamando las alabanzas al Señor (Isaías 60:6). Los tesoros que alguna vez han sido relacionados con la idolatría y la rebelión serán juntados a la ciudad y se usaran para glorificar a Dios. Tanto Isaías como Apocalipsis indican que los productos de la cultura humana desempeñarán un papel importante en la Nueva Tierra.

El Cielo, Randy Alcorn

Para mí personalmente, pensar en cosas concretas e imaginarlas, de una cierta manera, «glorificadas» o tremendamente mejoradas, me ayuda a imaginar mejor esta vida maravillosa que Dios planea para nosotros en el cielo. Sabemos que «ojos no han visto» lo que Dios ha planeado pero estos dos textos nos dan un excelente comienzo: actividades, diversidad de culturas, naciones, etnias, movilidad, viajes, cultura general lo que puede incluir regalos hechos manualmente, música, poesías – todo para «traerle alabanzas». A Él, Creador de todo lo bueno.

Guiños del cielo: ¿Una Nueva Tierra?

Cuando hablamos del «Cielo», nuestra morada eterna, muchas veces no podemos atención en lo que dice Juan en Apocalipsis: «y vi Nuevos Cielos y una Nueva Tierra». A mí, el platonismo mencionado hace algunos días, me ha influido en pensar que lo que tenemos concretamente en nuestro mundo el malo. Dios fue lo que dijo, al mirar su Creación: «Y vio que todo era bueno». Su creación no es «mala» pero fue manchada por el pecado.

Estas palabras encontradas en la Biblia vez tras vez nos da la idea de lo que pasará: reconciliación, redimir, restaurar, reconciliar, regresar, renovar, regenerar, resucitar. Este prefijo «re» sugiere un regreso a una condición previa, antes de ser arruinada o perdida.

Randy Alcorn, en el libro en que nos basamos, El Cielo, dice:

Estas palabras enfatizan que Dios siempre nos ve a la luz de lo que quiso que fuéramos, y siempre busca restaurarnos a ese diseño. De igual manera, Él ve a la tierra en términos de lo que quiso que fuera, y busca restaurarla a su diseño original.

¿Cómo lo hará? Eso sí, pertenece a Él. Se menciona que todo pasará por el fuego. Lo puedo destruir completamente y rehacerlo o puede en un pase de segundo transformarlo todo a como debería ser. Él pudiera enviarnos todos al infierno, destruir todo y empezar con otra raza. Pero ha elegido reconciliarse con nosotros, no va a perder que es Suyo, tomará este mundo de Satanás, y lo hará a SU manera.

Mañana compartiré varios pasajes del Antiguo Testamento que describen este nueva eternidad, de la cual todos los que Le seguimos podremos ser testigos.

Quedemos con estos dos versículos:

31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Génesis 1:31

 “Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido. 

Apocalipsis 21:1

Guiños del cielo: ¿Y qué de esta preciosa tierra?

Empiezo

Este fin de semana, contaremos con esta única publicación, porque creo que os presento mucho material para digerir, evaluar, pensar y quizás soñar.

Empiezo son una frase mencionada por el autor:

Dios hará de la nueva tierra su morada … El cielo y la tierra ya no estarán separados, sino que serán uno. Pero dejar a la nueva tierra afuera de consideración cuando pensamos en el estado final de los creyentes es empobrecer grandemente la enseñanza bíblica sobre la vida venidera.

Anthony Hoekema

Se dice, con verdad, que todo será tan maravilloso que no se podrá describir. Creo que esto es verídico pues Dios no hace nada por la mitad. Sus obras son completas y maravillosas siempre. Puede que por miedo de pensar y llegar a conclusiones equivocadas dejamos de «soñar» con este maravilloso futuro que Dios tiene para nosotros.

Nuestro destino es un destino terrenal: Una Nueva Tierra, una tierra redimida y transfigurada. Una tierra vuelta a reunir con el Cielo, pero de todos los modos, una tierra.

Paul Marshall

A menudo, como cristianos, pensamos en la fatalidad de Adán y Eva. ¿Por qué lo estropearon todo? Algo dentro de nosotros extraña el Edén, una tierra perfecta, sin manchas, sin pecado, donde vivieron en perfecta harmonía con con el Creador. Vivimos hoy entre en el Edén y la Nueva Tierra: un lugar manchado y estropeado por el pecado. En Apocalipsis 21 vemos que la Nueva Jerusalén bajará a este nuevo lugar, la Nueva Tierra, solamente entonces estaremos en nuestro verdadero hogar eterno.

El autor (Libro El Cielo, Randy Alcorn) menciona varias inferencias en cuanto al cielo. Cuando las ponemos juntas podemos tener una image (aún que va a ser tremendamente inferior a la maravillosa realidad:

  1. El Cielo es una ciudad (Hebreos 11:10 – 13:14). No hace falta imaginar mucho, la gran mayoría de nosotros vivimos en un ciudad y podemos imaginar el ir y venir de la gente, actividades, risas (porque ya no habrá sufrimiento), edificios, cultura, arte, música, atletismo, etc
  2. El Cielo también es descrito como un país, una patria (Hebreus 11:16). Sabemos que los países tienen territorios, gobernantes, orgullo de identidad, diversidad étnica, variedad geográfica, etc.

La naturaleza presente: ríos, flores, plantas, montañas – podrá perfectamente ser parte de una Nueva Tierra, con lugares para pasear, aventurarse, disfrutar al máximo, etc. Si leemos Apocalipsis 21-22, leeremos sobre mucho de eso, considerando que al escribirlo, Juan, trataba de explicar algo que quizás no había personalmente vivido. Aún así se mencionan muros, edificios, ríos, agua, arboles, calles, frutos, etc.

Para disfrutar de todo eso, tendremos cuerpos reales, resucitados (1 Cor. 15:40-44). También podemos imaginar pensando en el cuerpo de Cristo resucitado que continuaba disfrutando de la buena comida junto a sus mejores amigos. Se habla que serviremos en la nueva tierra (Apoc. 22:3). Sabemos cómo utilizar nuestro cuerpo para trabajar, pero eso sí, haciendo aquello para lo que hemos sido creados con nuestras habilidades a tope.

Concluyo con otra cita:

Este mundo es nuestro hogar, fuimos hechos para vivir aquí, ha sido devastado por el pecado, pero Dios planea arreglarlo. Por lo tanto, esperamos con gozo los cuerpos nuevos restaurados y vivir en un cielo y tierra recientemente restaurados. Podemos amar este mundo (físico) porque es de Dios y será sanado, llegando a ser finalmente lo que Dios quiso que fuera a principio.

Paul Marshall

Guiños del Cielo: ¿Recordaremos nuestra vida en la tierra?

Quisiera acordaros que de momento estamos hablando del Cielo Presente – es más que probable que mucho de esta realidad también lo será en nuestra morada eterna: Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra.

Miremos este texto bíblico:

Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.

10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

Apocalipsis 6:9-11

Este es un evento en el fin de los tiempos, en el cielo. En esta escena podemos observar muchas características de la vida en el cielo:

1- murieron y fueron trasladadas sabiendo que murieron por la causa de Cristo

2- tenían memoria de los acontecimientos, aún los más difíciles, como sus propias muertes

3- se nota una capacidad de razonamiento pues piden justicia

4- hay una relación de Dios con sus hijos que les contesta, esto también muestra la capacidad de aprender.

5- sus pasados no fueron olvidados, son las mismas personas, no se olvidaron de su historia (La Biblia también dice que seremos consolados y Jesús enjugará todas las lágrimas de nuestros ojos – así que asumimos que sea el caso con estas personas).

6- podían gritar a gran voz: en harmonía

7- pueden conocer acontecimientos en el mundo, puede ser que pueden saber todo o se les es permitido saber parte de los acontecimientos.

8- se nota la idea de tiempo – la espera

Leyendo acerca de todo eso, me pongo a imaginar cómo Dios disfruta de escucharnos, aún hoy desde la tierra. Ninguna oración va al vacío. A parte, observando estas características, me ha dado mucha alegría sabiendo que mi vida no termina aquí, hay mucho más que vivir, nuevas experiencias, nuevos aprendizajes, etc. Un nuevo mundo nos espera viviendo la vida pero en su plenitud, como Dios lo tenía planeado en el principio. ¡Lo mejor está por venir!

Señor, gracias por este texto que nos llena de esperanza y alegría al conocer lo que está por venir. Gracias por todo lo que tienes planeado para mi futuro, tu planes son tan más grandes y inexplicables para nuestra mente finita, pero creemos y lo esperamos con alegría. En el nombre de Jesús.

Guiños del cielo: ¿Permaneceremos conscientes después de la muerte?

Me remito a un texto del libro El Cielo, que lo explica maravillosamente.

«Volverá entonces el polvo a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio – Eclesiastés 12:7. En la muerte, el espíritu humano va la Cielo o al Infierno. Cristo describió a Lázaro y al hombre rico conscientes en el cielo y en el infierno inmediatamente después que murieron (Lucas 26:22-31). Jesús le dijo al ladrón en la cruz: «Hoy estarás conmigo en el paraíso (Lucas 23:43). El apóstol Pablo dijo que morir era estar con Cristo (Filipenses 1:23), y que estar ausentes del cuerpo es estar presente en el Señor (2 Corintios 5:8). Después de su muerte, los mártires son descritos en el Cielo, clamando a Dios para traer justicia en la Tierra (Apocalipsis 6:9-11).

Estos pasajes dejan claro que no existe cosa tal como «una alma que duerme», o un largo período de inconsciencia entre la vida en la Tierra y la vida en el Cielo. La frase «los que duermen» (1 Tes. 4:13 y otros pasajes similares) es un eufemismo para la muerte que describe la apariencia exterior del cuerpo. La partida del espíritu del cuerpo termina nuestra existencia en la Tierra. Nuestra parte física duerme hasta la resurrección, mientras que nuestra parte espiritual se traslada a una existencia consciente en el Cielo (Daniel 12:2-3. 2 Cor. 5:8)»

El Cielo, Randy Alcorn

Con esto texto queda muy claro un cambio de estado, pero nuestro espíritu, alma y consciencia continúan experimentando los resultados de nuestra elección de vida:

  1. Seguir a Cristo – Cielo
  2. Denegar o Ignorar a Cristo – Infierno

No existe una desaparición ni momentánea de quienes somos, aún que creo que los que NO se deciden por Cristo, desearían tener esta posibilidad no disponible.

Gracias, Jesús, por prover el Camino para pasar la eternidad en el cielo. Gracias por tu gran provisión. Hoy oramos por todos que que han llegado a tomar la decisión por Cristo todavía, que hoy sea el día de abrir sus corazones para tu amor, salvación, y la eternidad maravillosa a tu lado. En tu nombre.

Guiños del cielo: ¿Dónde vamos inmediatamente al morir?

De ahora adelante hablaremos a las creyentes, o sea, a las que han aceptado el regalo de salvación ofrecido a nosotras todas a través de la muerte de Cristo. Si todavía no lo has hecho, sugiero leer la publicación de ayer donde explicamos en detalles el Plan de Dios y lo que debemos hacer a respecto.

Dicho esto, hablamos a ti que sabes que vas a cielo, o sea, pasarás la eternidad con Cristo. Para explicar lo que sucede en el día de hoy a los que mueren, es necesario hablar un poco de Escatología, o sea, el estudio del fin de los tiempos. Jesús un día volverá a buscarnos, los que estén vivos en aquel momento, serán arrebatados en vida y los que hayan muerto, sus cuerpos resucitarán. PERO, mientras no llegue este día, ¿a dónde están estas personas?

Hoy hablaremos del Presente Cielo. Un día todos estaremos juntos con Cristo en «Los Nuevos Cielos y La Nueva Tierra», el Cielo al que nos referimos a menudo. Sin embargo hay un Cielo Presente, donde se encuentran los salvos en Cristo que ya han muerto. Pablo menciona en la Biblia:

 

Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.

Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor

(porque por fe andamos, no por vista);

pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.

ero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

2 Corintios 5:5-9

Estar ausentes de este cuerpo es ir directamente a la presencia de Jesús en este maravilloso lugar, que es el cielo presente y temporal. No se sabe exactamente si recibimos un cuerpo temporal o si es totalmente espiritual. Lo único que debemos saber es que es real, lo más real que jamás haya experimentado porque estarás en la presencia de Jesús. Tú conscientemente sabrás lo que estás viviendo, no te olvidarás de quien eres o te transformarás en un angel.

En resumen, serás quien eres en un cuerpo temporal o espiritual, en la presencia de Jesús, esperando los eventos del fin descriptos en el libro de Apocalipsis. Así que lo que hoy, lo que queremos dejar claro, es que este Cielo, también referido por Pablo como El Tercel Cielo, no es nuestro destino final, pero a la vez, es un lugar mucho mejor de lo que vivimos en la tierra. Es algo preparado por Jesús: en la casa de mi Padre hay muchas moradas. Con esto estamos seguros que esta espera por nuestro lugar eterno es más allá de lo que que podemos imaginar, sencillamente maravilloso.

Espero que estas palabras te puedan traer consuelo al pensar en seres queridos que se hayan ido o en tu propia muerte. No temas, Jesús te espera de brazos abiertos. Los creyentes nunca estaremos solos y esta idea nos permite tener paz y disfrutar de algo precioso que esta por venir, empezando a vivir este cielo ahora mismo. Ni la muerte nos puede separar de Su gran amor.

Señor, Gracias por cuidarnos tan bien y nunca desampararnos. Cuando te conocemos personalmente, a partir de allí ya no estamos solos. Tú nos acompaña hasta la muerta y más allá. Gracias, en tu nombre, Amén.

Guiños del cielo: ¿Es el cielo el destino automático después de la muerte?

Hay muchas historias y leyendas acerca del cielo. Casi queda la idea de que al morir, sea quién sea, el destino final es el cielo. Eso no es lo que nos enseña la Biblia.

He encontrado este artículo que nos puede ayudar mucho en entender esta dinámica cielo/infierno:

La cruda realidad es que no todos podremos entrar al reino de los cielos. 

El cielo no es el destino final de todos aquellos que mueren. A pesar de esto, una gran cantidad de personas creen que pasarán a morar eternamente junto a Dios una vez que partan de esta tierra independientemente de si le aceptaron o no. 

El optimismo de estas personas es bueno, pero la realidad es otra. Debemos recordar lo que el Señor Jesús dijo en Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” 

El infierno es nuestro destino por defecto de acuerdo a lo que nos enseña la Biblia. Sin embargo, Jesús cambió esta realidad dándonos la solución a ese problema y cambiando radicalmente nuestro destino. 

Una vez que le entregamos por completo nuestro corazón al Señor, y le pedimos que perdone todos nuestros pecados, podemos formalizar nuestra real entrada al reino de los cielos y venimos a ser llamados hijos de Dios, verdaderos cristianos. 

El ser bueno no es suficiente. 

Comúnmente se asume en nuestra sociedad que, siempre y cuando lleves una buena vida y seas una buena persona, esto será más que suficiente para ganar tu entrada al cielo; sostienen que, aunque algunas personas “malas” merecen ser castigados, la gran mayoría son buenas personas que “merecen ir al cielo”. 

Haciendo esto estamos diciendo que la entrada al cielo se gana en base a nuestros méritos, a lo que podemos hacer por nosotros mismos, y no por pura y simple gracia de Dios, contradiciendo completamente lo que dice en Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” 

Solo por la inmensa gracia de Dios es que podemos ser salvos. No hay ninguna buena obra que podamos hacer que nos haga ganar la entrada al cielo (Tito 3:5), mientras que, pensar lo contrario, sugiere que el infierno es solo para algunas personas que hacen actos malvados, cuando realmente todos merecemos el infierno (Romanos 3:23). 

El pecado nos separa completamente de Dios, rompe nuestra relación con El (Isaías 59:2). Dios quiso darnos una salida al problema del pecado, y lo hizo a través de su Hijo Jesucristo. 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Juan 3:16. 

Jesús murió en la cruz del Calvario, pues era el único digno de pagar el precio demandado de parte del Dios tres veces santo por nuestros pecados. Pero no se quedó ahí, victorioso sobre la muerte Jesús se levantó al tercer día derrotando las consecuencias del pecado, y a la muerte misma.

Únicamente cuando Dios es quien toma el control de nuestras vidas limpiándonos de todo pecado es que podemos entrar al cielo. Jesús dijo “nadie viene al Padre si no es por mí” Juan 14:6. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:12. 

Dios nos ofrece el perdón gratuito de nuestros pecados debido al sacrificio perfecto de Cristo en la cruz del calvario en nuestro lugar. Debes aceptarle como tu único y suficiente Salvador si deseas poder entrar el cielo una vez partas de este mundo. 

Para recibir este perdón lo primero que debemos hacer es reconocer nuestros pecados, que somos pecadores inmerecedores del cielo y de la gracia de Dios. Dice 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 

Dios nos ofrece a todos el maravilloso regalo del perdón, la salvación y la vida eterna. No se puede ganar, no hay nada que podamos hacer para merecerlo, depende únicamente de Cristo y de su glorioso sacrificio en la cruz en nuestro lugar. 

Dios desea que podamos ir al cielo. 

Aunque el cielo no es por defecto nuestro destino final, no significa que Dios no nos quiera tener allí. Al contrario, Él está esperando con brazos abiertos que podamos venir a Él. De otra manera, no hubiera enviado a Jesucristo a morir en primer lugar. 

En Juan 6:38 nos dice “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Dios desea perdonarnos de nuestros pecados, aceptando a Jesús como único y suficiente Salvador, y así poder morar eternamente con El.  

Hay un camino para que podamos entrar al cielo, y es a través de Jesucristo. Reconociendo que es el único camino y confesándole como Señor de nuestras vidas podremos tener libre acceso al cielo anhelado. 

 Haciendo esto podemos tener la certeza de que Dios nos sigue animando a mantenernos firmes y constantes, y espera un día tenernos en las moradas que fue a preparar para nosotros.  — beliefnet.com

Señor, ayúdame a comprenderlo y tomar los debidos pasos para garantizar mi entrada en los cielos. En tu nombre.